
Los solsticios en Stonehenge
Visitar Stonehenge en los solsticios de invierno y de verano es una experiencia singular que se suma al interés que tiende de por sí acercarse a este monumento megalítico. Son citas clave en el calendario anual de Stonehenge y se han convertido prácticamente en festivales en los que miles de personas se reúnen movidos por sus creencias en cultos ancestrales, por su espíritu hippie o por la mera curiosidad.
La palabra «solsticio» proviene del latín solstitium que significa «el sol se detiene».
Esto se debe a que el movimiento aparente del camino del sol hacia el norte o el sur parece detenerse antes de cambiar de dirección, provocando un cambio en las horas de luz cada día. En el solsticio de invierno, la posición aparente del sol alcanza su punto más al sur.
No son días para disfrutar de las piedras con tranquilidad e intimidad, pero esa gran afluencia de público se suele organizar muy bien, en un ambiente relajado, espiritual y muy curioso para el espectador «no creyente», que se queda perplejo con la reunión de personajes variopintos que se da.

Entrar dentro del círculo de Stonehenge
En esta sección vamos a ofrecer algunas notas y consejos para los que quieren visitar el monumento megalítico en los días más corto o más largo del año.
En los solsticios el acceso a las piedras es gratuito y sin restricciones, y los visitantes pueden acercarse a la maravilla que es Stonehenge.
No hay fecha más movida y animada para visitar Stonehenge que los días 21 de junio o del 21 al 23 de diciembre coincidiendo con los solsticios. También hay mayor afluencia de público en los equinoccios de primavera y otoño, aunque menor.
Cuándo es el solsticio
En palabras de la socorrida Wikipedia, los solsticios (del latín solstitium (sol sistere), «Sol quieto») son los momentos del año en los que el Sol alcanza su mayor o menor altura aparente en el cielo, y la duración del día o de la noche son las máximas del año, respectivamente. Ocurre dos veces por año: el 20 o el 21 de junio y el 21 o el 22 de diciembre de cada año.
Aconsejamos visitar la web oficial de Stonehenge de English Heritage para conocer las fechas y horas exactas y las actividades previstas para esos días. La salida del sol suele ser en torno a las 5 de la madrugada.
Los momentos cumbres son la puesta y posterior salida de sol, en los que los primeros o últimos rayos de sol se esconden tras el horizonte y los megalitos y se alinean, según cuentan los entendidos, de forma singular y única en el año.
Lo ideal es cruzar los dedos para tener un día despejado, ya que la niebla baja o el cielo nublado estropea un poco la experiencia, aunque no el ánimo de los asistentes, que aunque haga mal tiempo acuden en masa fieles a su cita anual.
Qué hay de especial esos días
De entrada, mucho público y en particular una mayoría de visitantes aficionados a cultos paganos de veneración de la naturaleza y druidas, muchos de ellos disfrazados, dando forma a una especie de festival carnavalesco de corte espiritual realmente curioso. En el último solsticio de verano acudieron 25.000 personas.
Consejos prácticos
– Como es lógico, la enorme afluencia de público complica los accesos y el aparcamiento. La organización habilita zonas especiales que pueden estar a cierta distancia del monumento, hasta 30 minutos a pie y con poca luz.
– El acceso se abre en hora muy temprana, cuando las primeras luces permiten hacerlo de forma segura. El aparcamiento es limitado, se aconseja usar transporte público.
– Lleva la cámara y prepárate para ver gente singular de todo tipo. En Inglaterra hay más de 60.000 personas que se declaran seguidoras de la religión druídica y estos días son fechas grandes para ellos. Verás rezos, rituales de todo tipo y hasta bodas.
– No todo es espiritualidad, hay baile, fiesta y alcohol. No todo es idílico, como en cualquier gran concentración humana. La clave es encontrar la zona donde te sientas más cómodo.
– Llevar ropa de abrigo y estar atento a las previsiones por si hay lluvia prevista.
– La entrada es gratuita
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Os animamos a conocer este Santuario donde se cumplen los Solsticios, especialmente el de Invierno, en los últimos minutos del Sol la sombra del Santuario se pone en paralelo con la cima del Toloño, deidad Tulonio, y al día siguiente cuando sale el Sol se proyecta sobre una piedra semicircular en el Monte Bilibio, deidad Baelibio. En Haro – La Rioja – España.